Y es que ya se nota la frescoreta!
Es tiempo de días engañosos. Esos días que luce un espléndido Sol por la mañana y por la tarde hace un frío... Son días de comprar castañas cuando llego a L'Estació del Nord y así calentarme las manos mientras espero el tren. Días de llegar a casa y ponerse enseguida el pijama. De taparse con la mantita en el sofá. ¡Y qué haríamos sin la mantita! Elemento fundamental en el sofá de toda casa. Las hay bonitas y feas, ultrasuaves, de colores, de esas viejas que pesan un quintal, a conjunto con el sofá... pero no puede existir un sofá sin su mantita, eso no sería un sofá. No por lo menos de Noviembre a Febrero.
Así que yo me quedo con la mía, a mí me gusta rodearme con ella como si fuera un rollito de primavera. ¡Que felicidad!
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