jueves, 21 de octubre de 2010

Simbisois



Tras pensarlo hoy tontamente (hoy es un día tonto) he llegado a una conclusión, la simbiosis es nuestra vida!!


No nos alejamos mucho de un simple pulgón, en este aspecto me refiero, claro está la diferencia entre ellos y nosotros. Nosotros somos más guapos, a veces...





Alguien quiere "simbiosar" conmigo?



Simbiosis en el pulgón con Buchnera y Serratia



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jueves, 14 de octubre de 2010

¿Por qué creer en Dios?

¿Por qué creer en Dios? Es una pregunta que me he planteado muchas veces a lo largo de mi corta vida. Cuando era pequeña la respuesta era simple: hay que creer porque sí, porque todos lo hacen, si se me ocurre pensar que no existe me pasarán cosas malas. Transcurridos unos años, ya con las ideas un poco más claras, empecé a darme cuenta de lo absurdo del argumento e intenté dar respuestas más sólidas.

Desde bien pequeñitos, aún cuando no tenemos consciencia de nada, nos cogen y nos inculcan que existe un Dios, un señor todopoderoso que es el responsable de todo lo que vemos y de todo lo que nos pasa. Y aún si eso parece poco, también es capaz de manejar nuestro futuro final, nuestra eterna paz al morir. Y como niños que somos nos hacemos la idea de que existe, que es un hombre bueno pero con gran temperamento. Por lo que hay que hacer lo que nos digan los mayores o seremos castigados, y claro si las broncas de tu padre ya son grandes, no quieres ni pensar lo que serán los castigos de Dios. Y como buenos cristianos, todos de la mano, a la iglesia vamos.

Y así pasan los años en los que en creer en Dios es simplemente lo que toca, es seguir unas costumbres, pero a su vez también es algo emocionante. Vas a la iglesia los fines de semana y en fiestas grandes, te arreglas para ir y cuando entras son enooormes, huele raro, hay mucha gente, te levantas, te sientas, echas dinero...te das cuenta de que estás perteneciendo a algo, te sientes parte de un grupo y eso es grandioso! Acostumbrado siempre a que los mayores no te hagan caso, llegas allí y eres igual que todos, y ya ni te cuento si te dejan participar en la misa!!

Pero de pronto va pasando el tiempo y empiezas a preguntarte ¿por qué tengo que ir a misa?, ¿para qué me sirve a mí ese acto?, ¿de verdad comparto las misma ideas que toda esa gente?, ¿me parece en verdad bien todo lo que está diciendo el cura?
Y entonces es cuando vas forjando tus ideas. LLegado este punto hay dos caminos divergentes. Nunca sueles elegir un único camino, no al principio al menos, siempre vas tanteando, preguntando...

En mi caso empecé a hacerme preguntas de qué es lo que representaba Dios para mí, qué representaba la Iglesia a la que pertenecía y si yo realmente compartía sus ideas o tan solo las acoplaba a mi forma de vida.
Para mí fue bastante fácil darme cuenta de que no comulgaba con la idea de la existencia de un Dios todopoderoso. No por lo menos el Dios que me enseñaron. Comprendía que era absurdo pensar que toda nuestra creencia se basara en testimonios escritos por personas hace dos mil años. Para mí carecía de total sentido pensar que a raíz de unos escritos miles, millones de personas hubieran formado una religión tan poderosa. Cuando llegué a este punto empecé a pensar sobre la Iglesia, y ahí ya llegué a la conclusión final de que todo es un gran negocio. El mejor negocio de la historia de la humanidad.

No voy a entrar en el debate de la actitud, acción y demás de la Iglesia, porque eso es otro tema que podría durar años...Solo quiero explicar lo triste que me parece la manera en que nos imponen sus ideas. La religión es un negocio basado en el miedo, si señor, en el miedo. Sin miedo no habría ni Iglesia, ni Dios, ni religión. El ser humano es un ser temeroso por naturaleza, teme a la muerte, al destino, al sufrimiento... y la religión basa su dogma en esto. Ya desde pequeños nos enseñan a temer a Dios, de mayores nos cohiben por temor a Dios y al fin consiguen que vivamos con temor sin muchas veces poder realizar lo que quisieramos. Y con todo esto la Iglesia , aquella que debería ser piadosa y caritativa, saca la mejor tajada del pastel: dinero y poder.

Podría dar cien razones por las que no puedo compartir mi vida ni mis ideas con la Iglesia pero prefiero centrarme en un tema que últimamente estoy manejando, la evolución. Resulta que nos enseñan que existe un Dios creador, capaz de dar vida y forma a todo lo que nos rodea. Bueno y me pregunta es ¿y esto quién se lo cree? Porque hasta la persona más devota con un poco de cultura tiene que darse cuenta de que el planteamiento es totalmente absurdo. Las evidencias científicas de evolución hoy en día se cuentan por millones, eso es un dato irrefutable. Y lo que no puedo entender es como miles de personas hoy en día siguen apoyando el creacionismo. No logro entederlo. La única cocnlusión a la que llego es que existe mucha gente ignorante sobre la cual actúan un pequeño grupo de gente culta que las maneja a su anotojo con el fin de sacar algún provecho. Y por tanto puedo decir que todo es un engaño.

Al fin, la idea que saco es que la religión que debiera ser una fuente de apoyo y ayuda, es tan sólo un negocio sucio y engañoso. Lo cual es verdaderamente triste. Y con todo encontre la semana pasada esta frase que bien expresa mis ideas : "Preguntar es rebelarse, responder es adaptarse"


"La historia de la ciencia es la historia de las buenas preguntas y la historia de las creencias es la historia de las buenas respuestas"



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viernes, 1 de octubre de 2010

Luz

Luz. ¿Qué sería de nosotros sin luz?
Hay distintos tipos de luz, centenares, pero todas tienen un factor común: nos dan seguridad. Me parece sorprendentemente curioso el efecto ENORME que tiene el mínimo hecho de hacer un "click" en un interruptor y encender una bombilla, o empezar a ver los primeros y ansiados rayos del Sol.
Todos hemos pasado en elgún momento de nuestras vidas por algún episodio de miedo relacionado con la oscuridad. Y generalmente nos damos cuenta de que todos esos miedos son absurdos una vez los pensamos racionalmente, una vez tenemos luz. La falta de luz provoca en los seres humanos sensaciones de inseguridad, decaimiento, alerta, nerviosismo, malestar...La oscuridad nos hace dudar, pensar sin criterio, sentirnos mal...¿podemos decir entonces que las personas somos dependientes de la luz?
Desde los albores de nuestra historia el ser humano siempre ha intentado desarrollar mecanismos o métodos para conseguir tener luz durante los momentos que el Sol no brilla. Y gracias a estos esfuerzos y las acciones que derivan de ellos, nuestras sociedades avanzaron hasta Hoy. Pero lo más importante y curioso de nuestra "dependencia a la luz", es que no sólo necesitamos luz si no que nos condiciona.
Prueben sino a imaginarse estas tres situaciones distintas, en un mismo marco, donde interviene la luz y piensen qué efectos provoca:
1.- Estamos solos sentados frente a nuestro escritorio, realizando nuestro trabajo. La habitación está iluminada por una tenue luz naranjo-amarillenta que entra por la ventana.
2.- Estamos solos sentados frente a nuestro escritorio, realizando nuestro trabajo. La habitación está totalmente a oscuras y nuestro escritorio iluminado con una potente luz blanca de flexo.
3.- Estamos solos sentados frente a nuestro escritorio, realizando nuestro trabajo. la habitación está iluminada por la luz amarillenta de la lámpara central y por la luz blanca que entra por la ventana.

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¿Saben distinguir las sensaciones? ¿Somos dependientes de la luz?

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