miércoles, 19 de mayo de 2010

Roca y carrasca...


En algunas ocasiones todos sentimos la necesidad de escondernos en un refugio personal. Un lugar, un espacio, que hacemos nuestro, que nos evade de todo lo que nos rodea y nos da paz.


Mi refugio personal es un paisaje de roca caliza, carrascas y pinos... Es un lugar en el que no necesito hablar, ni reir, ni compartir para sentirme feliz. Cuando camino por sus senderos voy recorriendo y recogiendo pensamientos, desgrnándolos, creando nuevos.


No puedo explicar el por qué de ese refugio, por qué no otro. Sólo sé que no podría vivir sin él. Un sólo viaje entre las viejas sendas repletas de matorral, me da oxígeno suficiente para sumergirme en la polución que rodea la vida en la ciudad.


No extiste sensación más conmovedora en mí, que cuando voy camino de mi refugio, con el estómago encogido y esperando ver mis rocas, mis carrascas y mis pinos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario